Los países exportadores de vino a Rusia podrán continuar haciéndolo ya que Moscú mantiene este producto exento frente al resto de alimentos de la Unión Europea y Estados Unidos. El sector del vino mueve cada año 445 millones de euros por importación vinícola.
Tras las sanciones impuestas a Rusia por EEUU y la UE por la crisis con Ucrania, el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, decidió el pasado jueves imponer un veto a la mayoría de las importaciones alimentarias provenientes de países de la UE y EEUU, así como de otros países como Australia, Canadá y Noruega donde de manera exclusiva se libra el vino y las bebidas alcohólicas.
El mercado ruso es muy importante para el sector de las bebidas alcohólicas en la Unión Europea ya que cada año se destina cerca de 1.000 millones de euros a la importación de este producto, de los cuales en 2013, 445 millones fueron dedicados a comprar vino en la UE.
Italia es el primer proveedor europeo de vino en Rusia, tanto en volumen como en valor, seguido de Francia y España. En caso de que las tensiones se dispararan y prohibieran la exportación de vino también los rusos tendrían que abastecerse de Argentina, Chile y Sudáfrica.
Según el informe de 2014 sobre el mercado vinícola ruso, publicado por Wine Intelligence, informa que en los dos últimos años la frecuencia de consumo de los vinos importados ha aumentado significativamente.
En 2012, último año en que las estadísticas del ICEX están disponibles, la Federación Rusa importó vino de España por valor de 89 millones de euros, de los cuales el 67% corresponden a vino embotellado, el 25,2% a vinos a granel y el 6% a vino espumoso.
En lo que va de año, según recoge el OEMV, las importaciones rusas de vino crecieron en el primer trimestre del año un 25,1% en valor con aumento del precio medio del 54,5%.