Defender el Grado de Enología y a sus profesionales, principal reto del Colegio Oficial de Enología
Luís Fernández, recién elegido decano de la institución, aboga por acabar con el intrusismo y ensalzar el papel del enólogo en las bodegas

25 de mayo de 2025N. Tejedo / CIUDAD REAL
El Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha se fundó en 2013 y en la actualidad cuenta con unos 130 asociados. A lo largo de la docena de años que han transcurrido desde su constitución, el Colegio ha evolucionado “poco a poco”, con el foco siempre en el respeto y el apoyo a la profesión y, en particular, al Grado de Enología puesto en marcha en la Universidad de Castilla-La Mancha (campus de Ciudad Real). Llegar a construir un colegio “grande y fuerte” es una de las metas que persigue Luis Fernández, que el pasado 23 de abril en el proceso de renovación de cargos de la entidad fue elegido decano del Colegio Oficial de Enología, por un período de cuatro años, en sustitución de Milagros Romero Torres.
¿Cuáles son las principales funciones y objetivos del Colegio Oficial de Enología y cómo ha evolucionado su papel en los últimos años dentro del sector vitivinícola regional?
Una de las principales funciones y objetivos del Colegio es intentar que en la Ley del Vino se incluya la figura del enólogo como la persona que lleve la responsabilidad de la bodega. Con ello tratamos que se proteja la profesión, para que otras personas con cualquier otro tipo de carreras no sean los que lleven las bodegas. Se intenta encontrar el apoyo de la Ley para que realmente el técnico responsable sea el enólogo, para darle fuerza al Grado de Enología que se creó en la Universidad de Castilla-La Mancha. Ya que, hasta ahora, la Ley permite que elabore en la bodega cualquier otro tipo de técnico, sea farmacéutico, ingeniero agrónomo o enfermero. Nosotros, como enólogos, no tenemos cabida por ejemplo en un hospital, pues en este tema el Colegio de Enología de Castilla-La Mancha lo que pretende es darle fuerza a la profesión.
Se está ofreciendo un Seguro de Responsabilidad Civil que es muy importante ante cualquier problema. Se hacen jornadas técnicas, un congreso cada dos años y mantener la formación y el reciclaje técnico. Además, se trata de ofrecer otros atractivos a los colegiados como es la información actualizada sobre normativa, actualidad del sector, crear una bolsa de empleo activa en el área privada de la web, el asesoramiento legal, modelos de contrato y todo tipo de apoyo que necesita un enólogo. Con todo esto se intenta que todos tengamos realmente claro y sepamos por donde andamos.
¿Qué requisitos debe cumplir un enólogo para colegiarse y qué ventajas obtiene al formar parte del Colegio?
Principalmente, que tenga el Grado de Enología terminado. Ya antes, en 2002, hubo un período de habilitación de los profesionales que tenían el título de Técnico Especialista en Enología y Viticultura, pero no el Grado, y acreditando su experiencia se les reconoció la profesión. La titulación o acreditación es el único requisito necesario para colegiarse, además de abonar la cuota anual (que es actualmente de 150 euros). Así que animo a la gente que sale de la Universidad que se asocie y el que no lo esté que lo haga, que es por el bien de nuestra profesión, para intentar defenderla y ayudarnos unos a otros.
¿Cuál es el nivel de colegiación en Castilla-La Mancha? ¿Existe una percepción clara en el sector sobre la necesidad o conveniencia de estar colegiado?
Puede que haya 500 bodegas en La Mancha y no todas están regidas por un enólogo. Hay bodegas que están regidas por personas que no tienen la tirtulación de enólogo, tienen otra titulación, y de lo que se trata es de luchar ante esto, para que no hay gente que no esté titulada y reconocida como el enólogo pero que esté ejerciendo como tal. Hay enólogos que no están asociados todavía, y a ellos hacemos un llamamiento para tratar de crear un grupo consolidado y con suficiente potencia para poder pedir y exigir a la Administración que se nos reconozca como las personas responsables de las bodegas. Se calcula que entre los no colegiados y los que se trata de atraer puede haber otras 50 ó 60 personas más.
Además, estamos intentando crear un colectivo en el que estemos unidos, porque aparte del Colegio Oficial de Enología de Castilla-La Mancha hay una Asociación de Enología de Castilla-La Mancha, que agrupa también a los técnicos especialistas antiguamente FP2. Y lo que tratamos es llegar a unirnos como un colectivo potente, que caminen a la par. Se está tratando de aunar el apoyo para ser fuertez y, realmente, podamos reivindicar la profesión.
¿Qué acciones está impulsando el Colegio para dar mayor visibilidad a la figura del enólogo y reforzar su reconocimiento profesional dentro del sector y ante la sociedad?
Hace un año y medio hicimos el último Congreso, nos toca para el próximo año 2026, será entre febrero o marzo, pero aún está por decidir. Los dos anteriores fueron en Albacete y Ciudad Real, solemos ir rotando, pero aún no está cerrado. Aparte de esta cita, pasada la vendimia, anualmante a últimos de noviembre hacemos una cena y encuentro con todos los asociaciados y se realizan actividades culturales con motivo del Día del Enólogo, que el año pasado tocó en El Toboso. Como la ubicación es rotativa y la Junta Directiva acaba de renovarse, para este 2025 aún se está barajando la localidad donde nos reuniremos.
Por otro lado estamos intentando llegar a acuerdos con la Universidad para intentar apoyarnos unos a otros. Estemos viendo opciones para incrementar la información que proporcionamos a los socios de lo que va ocurriendo y, sobre todo, con todo lo relacionado con las nuevas tecnologías, la investigación, nuevos ensayos y nuevos productos, aspectos que se llevan a cabo en la Universidad y a los que queremos dar difusión.
¿Cuál cree usted que son los principales retos que afronat el sector de la enología y, quizás, el sector del vino en general?
Está claro que el consumo, por desgracia, está bajando a nivel mundial. Hay un reto importante que es el cambio de hábitos que está habiendo en el consumo del tipo de vino. Llevamos tres años que el vino blanco y los espumosos están en alza. Se está cambiando la tendencia, y con los tintos estamos teniendo problemas porque se está consumiendo cada vez menos, sobre todo, los vinos de crianza y con madera, esos vinos está decayendo el consumo y la gente se está yendo a vinos jóvenes, elaborados en el año. También un reto importante es conseguir un vino desalcoholizado porque es una forma de sacar producto de lo que producimos, porque la mayor potencia vitivinícola de España está en Castilla-La Mancha, estamos elaborando en torno al 55%-60% del total del volumen de vino de España y esto no hay que dejarlo decaer y hay que buscar alternativas, con los mostos, los vinos más y menos alcohólicos, los derivados como el vermut, la sangría… De todo esto hay que estar muy pendientes e ir buscando el gusto y el paladar de la gente joven, que son los que nos tienen que subir, porque la gente mayor, por desgracia, va cayendo y esos vinos que se bebían de grados alcohólicos altos van cada vez a menos. La gente va buscando cada vez menos alcohol en los vinos, que sean vinos más digeribles y más frescos. Y en esta búsqueda el papel del enólogo es clave, porque es el que lo tiene que elaborar y desarrollar un producto que sea agradable para el consumidor y que lo demande.