Una investigación promovida en la Sección de Viticultura y Enología del Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario (CIDA) estudia la incidencia del uso de virutas de roble durante los procesos fermentativos y la crianza de vinos tintos de tempranillo. Y diferencia la aportación que hace al vino el ser criado en barrica o con virutas de roble introducidas en él. Se trata de la tesis de Mª Pilar Rubio que ha obtenido el título de doctora por la Universidad de La Rioja.
Mª Pilar Rubio, que disfrutó de una beca predoctoral en la Sección de Viticultura y Enología del Servicio de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agroalimentario (CIDA) de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, ha obtenido el título de doctora por la Universidad de La Rioja con la calificación de ‘sobresaliente cum laude’ tras la defensa de su tesis sobre la crianza de vinos titulada ‘Utilización de fragmentos de roble en los procesos fermentativos y durante el envejecimiento de vinos tintos’.
El objetivo de este trabajo, dirigido por la doctora Juana Martínez, investigadora del CIDA y del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), fue estudiar la incidencia del empleo de fragmentos de roble sobre la composición físico-química y las características organolépticas de vinos tintos de la variedad Tempranillo. Para ello, se consideraron diferentes factores como el momento de aplicación (fermentación alcohólica, fermentación maloláctica y envejecimiento), el origen del roble, la dosis, el nivel de tostado, el proveedor, el tiempo de contacto con el vino, el tamaño y el empleo simultáneo de microoxigenación.