En los últimos tiempos, la cultura del vino está suscitando un interés cada vez mayor. Y es que todo lo que rodea al mundo del vino son experiencias que hay que vivir. De las ya conocidas catas de vinos, a las visitas a las bodegas para ver in situ la elaboración de los caldos, ahora os presentamos otra manera de disfrutar del vino: la vinoterapia.
¿Qué es la vinoterapia?
La Vinoterapia surge de la unión de antiguas tradiciones de la tierra con el vino por sus propiedades terapéuticas. De hecho, en la Antigua Roma ya se tiene constancia del uso de mascarillas faciales realizadas a base de semillas y hollejos de las uvas que disponían de propiedades antiarrugas.
La evolución de la vinoterapia ha ido siempre ligada de la mano de la evolución de las técnicas de los viñedos y bodegas más antiguas de Europa. La región de Burdeos (Francia) fue la propulsora de este tipo de técnicas estéticas de la mano de M. Cathiard y B. Thomas que fueron los creadores del primer centro spa especializado en vinoterapia. Posteriormente se introdujo poco a poco en la resta de países que como Francia tenían una cultura del vino avanzada como han sido España e Italia.
¿En qué consiste la vinoterapia?
Para disfrutar de una buena sesión de vinoterapia, debemos comenzar con una exfoliación completa de la piel para eliminar las células muertas de la piel y dilatar los poros para que así penetren con mayor facilidad las propiedades del vino.
Como ya sabéis, el vino dispone de propiedades antioxidantes, que permiten neutralizar los radicales libres, los responsables de la oxidación de las células de la piel, y del envejecimiento de la misma, produciendo arrugas, manchas, etc.
Algunas de las ventajas de realizar un tratamiento de vinoterapia son; recuperar la piel, tonificarla, hidratarla, y conseguir mayor firmeza en senos y consistencia en músculos. Asimismo, los tratamientos de vinoterapia incluyen un masaje, que ayuda a eliminar tensiones en los músculos y a relajar el cuerpo.
El tratamiento de vinoterapia se suele realizar con hidromasajes en cubas con agua termal y toques de vinos tintos varietales como Chianti, Lambrusco, Cabernet o Merlot, generando una sensación de relajamiento, a la que se suman masajes con vino caliente y extractos de semillas de uva. El secreto está en la temperatura del agua, que hará que tus poros se abran permitiendo que penetren las sustancias activas del vino.
Vinoterapia como parte del enoturismo
Ahora que ya sabéis en qué consiste la vinoterapia, os gustará saber que los balnearios y spas de muchos países ofrecen esta nueva terapia entre sus tratamientos. Y es que uno de los encantos del enoturismo es la tranquilidad, y muchas regiones vinícolas ayudan a conseguir un estado de tranquilidad proporcionando estos tratamientos a sus visitantes. Son miles las personas que cada año buscan la tranquilidad catando un vino en la quietud de la sala de barricas de una bodega, o disfrutando de un tratamiento de vinoterapia, dejando aplicarse el vino por la piel.
El primer balneario del vino creado en España, fue en Perelada, Cataluña, una localidad rica en vinos. Desde entonces, son muchos los lugares de los que es posible disfrutar de este tratamiento tan relajante a lo largo de toda España.