La bodega de Alejandro Fernández, Dehesa la Granja, ha sido elegida para llevar a cabo este proyecto de innovación que consiste en el uso de unos índices hiperespectrales y otras variables hídricas del viñedo para estimar la productividad y la calidad de la uva.
Este programa experimental ha sido desarrollado por el Centro Hispano Luso de Investigaciones Agrarias (CIALE) y la Universidad de Salamanca, también apoyado por el Plan Nacional de I+D y el VII Programa Marco de la UE.
El objetivo de este programa es controlar el estado del viñedo y anticiparse a la previsión de calidad y cantidad final del vino. Las pruebas en dicho viñedo se realizaron en agosto ya que el envero es una fase crítica de la vid , cuando se produce el cambio de color de la uva y se halla en pleno proceso de maduración.
El Dr. Martínez Fernández, líder del grupo de investigación en Recursos Hídricos del CIALE explica que el proyecto consiste en un vuelo tripulado con paramotor en el que diferentes sensores para estimar de manera indirecta las características del viñedo y del suelo, entre las que se incluyen: humeda, área foliar, biomasa, agua presente en las plantas, clorofila, etc. Estas variables se reflejan a partir de la energía que reflejan las plantas y el suelo en diferentes longitudes de onda, que es recogida por un sensor de onda visible, otro infrarrojo, y otro térmico. Un aspecto muy novedoso de esta campaña es que utiliza un instrumental de diseño capaz de analizar y utilizar la señal recibida y reflejada por los satélites GPS para transformarlas en valores biofísicos de viñedo.
Este programa permite obtener un análisis detallado de las características de viñedo. Tras esta primera fase de experimentación y una vez contrastada la información en diferentes épocas del año, este sistema permitirá prever la evolución de los viñedos y en definitiva, de los vinos. Sin duda, una ventaja muy útil para bodegueros y enólogos y el sector vitivinícola en general.